

Fue un partido ríspido, trabado en medio campo, pero con pocas oportunidades de gol. Hubo tiros a los postes y llegadas de peligro, sin embargo, fue hasta el minuto '56 cuando Paulo Da Silva cometiera una dudosa infracción dentro del área sobre un jugador de Indios, el arbitro del encuentro marcó la pena máxima y los papeles se volteaban, como bien dijimos ayer, el infierno se tornaría rojo, con la diferencia en los protagonistas, que eran los integrantes de la tribu. De gran manufactura Manuel "Tripa" Pérez cobro el penal y puso arriba en el marcado a los de Juárez confirmado el excelente estado anímico por el que atraviesan.
Las acciones del encuentro no cambiaron, los Indios se mostraban como centinelas que resguardaban la cabaña de Cirilo Saucedo, por otro lado, los Diablos Rojos, desesperados por estar probando algo prácticamente desconocido para ellos, la derrota, pareciera que renunciaban a su intento por empatar el marcador y confiar que en Toluca la suerte serían diferente.

Quizá Indios no sea un equipo de nombres, pero si de "hombres", que se la rifan en el campo, que buscan alargar esta buena racha que disfrutan, jugadores que se brindan al 100% y responden a la confianza de su entrenador.
Probablemente no todo el esfuerzo de Indios sea suerte y corazón en la cancha, también hay un técnico que plantea una estrategia, un preparador físico que logra el buen rendimiento del equipo durante los 90 minutos del encuentro, una directiva que siempre apoyó y creyó en todos los integrantes del plantel, una directiva que no trajo refuerzos con gran cartel, pero si de mucha garra, pero sobre todo, compromiso. Esta ha sido la clave del éxito de Indios, el contrato moral que han hecho entre ellos mismos y pujar por algo más, hacer historia dentro de esta joven franquicia. Enhorabuena Juaritos, con mentalidad ganadora, confianza y compromiso, pueden convertir un sueño surrealista, en realidad pura, felicidades.
El Negro Trani
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